Cuenta Pilar Reyes, directora de la editorial Alfaguara, que la primera vez que Javier Marías habló de su última obra fue en noviembre de 2009. Entonces, la describió como “una novela pesimista” y el único dato que adelantó fue que por primera vez en sus cuarenta años de carrera literaria estaba narrada por una mujer. Ahora, tras su lanzamiento a principios de abril, ya sabemos más sobre Los enamoramientos, su undécima o decimotercera novela, dependiendo si se considera una sola o no los tres volúmenes que conforman Tu rostro mañana.
Lo primero que sabemos es que la narración corre a cargo de María Dolz, la protagonista, cuya vida va a cambiar a raíz de la muerte de un hombre al que no conoce pero con el que suele coincidir en una cafetería a la hora del desayuno. Su asesinato, a manos de un desequilibrado “gorrilla”, le acercará a su viuda, Luisa Alday, y a su mejor amigo, Javier Díaz-Varela. Desde su quinta novela, El hombre sentimental, Marías ha recurrido siempre a la primera persona para narrar sus historias.
En esta ocasión vuelve a hacerlo, pero con la diferencia de que se decanta por una voz femenina para articular el relato. El autor ha explicado que lo ha hecho por necesidad, porque la historia no hubiera sido creíble teniendo un hombre como protagonista, pero que en el fondo hace básicamente lo mismo que sus predecesores masculinos en el cargo: “Observar, contar y reflexionar”.
Y es que, aunque una sinopsis más detallada puede llevar a pensar que estamos ante un thriller, Marías no está interesado en escribir una novela de género. Así, desde las primeras páginas, adelanta mucho de lo que ha sucedido, para centrarse en los que temas que verdaderamente le interesan: “El secreto, las ventajas de callar, la traición, la envidia, la maldad, el azar, la dificultad de conocer la verdad, la impunidad…”. Y uno que sobrevuela sobre todos ellos: la paradoja que se produce al descubrir que la muerte de un ser querido que nos destrozó puede ser incluso una tragedia mayor (“una desdicha absoluta”) si se revela años después que no se produjo. Como fondo de esa reflexión, Marías recurre a la novela El coronel Chabert, de Balzac, que cuenta la historia de un coronel napoleónico que fue dado por muerto y que reaparece años después ante su mujer, casada de nuevo al creerse viuda.
Todos esos temas conforman el barniz pesimista al que se refería el autor, pero también se debe subrayar que hay ciertos resquicio para la ironía, como cuando tira piedras contra su propio tejado al detallar lo maniáticos que pueden llegar a ser los escritores (uno pedirá dos gramos de coca a la protagonista, que a la sazón trabaja en una editorial, porque “esa noche los va a necesitar el libro” que está escribiendo) o al incluir un personaje real y tan pintoresco (o así lo describe) como el profesor Francisco Rico junto a otros de ficción. Además, también hay espacio para que los lectores que siguen su columna semanal escuchen de forma indirecta la voz del autor, por ejemplo, cuando califica a la ciudad de Madrid de negligente o compara al presidente francés con Louis de Funès.
En definitiva, Marías celebra sus 40 años de vida literaria con una novela marca de la casa, en la que las digresiones y reflexiones (incluso llegamos a escuchar las supuestas meditaciones del asesinado) trasladan a un segundo plano una trama quizás no muy original pero ciertamente entretenida. Aunque es difícil que iguale en alabanzas a las cosechadas por su trilogía anterior, la gran baza de Los enamoramientos es que resulta más accesible, y no porque sea simple, sino por la genialidad de Marías a la hora de poner sobre el papel lo que él denomina “pensamiento literario”, esa manera tan suya de pensar literariamente sobre cualquier cosa. Seguro que muchos lectores que se vieron superados por su personal Negra espalda del tiempo o por la descomunal Tu rostro mañana disfrutarán reencontrándose con esa prosa tan genuina.
Los enamoramientos
Javier Marías
Editorial Alfaguara
408 páginas
19,50 euros