lunes, 21 de diciembre de 2015

Cuestión de incentivos



A propósito de la lectura de 'Recuperar el futuro', 
de Luis Garicano y Antonio Roldán

Este libro de Luis Garicano y Antonio Roldán podría ser uno más de los tantos que se han escrito en España en los últimos años pidiendo un reseteo general del país. Sin embargo, viendo las posibilidades de Ciudadanos de estar en primera línea de gobierno, a pesar del relativo batacazo que se llevó en el 20D, la cosa cambia.

Conviene pues prestar atención a las propuestas de Garicano, gurú económico del partido naranja, y a su colaborador, que ya no son sólo las de un par de profesores bien informados en materia económica, sino que se pueden convertir en guía para abordar en la práctica las tantas reformas pendientes que tiene este país.

En Recuperar el futuro nos encontramos buena parte del programa político y económico de Ciudadanos y su justificación: defensa del contrato único y del complemento salarial para los que menos ganan, formación a la carta para los parados, reforma fiscal para descargar a las clases medias, reforma de la administración que supondrá la eliminación de las diputaciones y una reducción drástica del número de ayuntamientos, eliminación de las trabas a la creación de empresas, reducción de las cuotas a la Seguridad Social de los autónomos…

Luis Garicano y Antonio Roldán, quien es hijo, por cierto, de uno de los redactores del primer programa del PSOE, parten de la idea de que no hay que inventar la rueda o echarlo todo abajo para que este país funcione y supere sus problemas, sobre todo el de la vergonzosa tasa de paro que mantiene fuera del sistema a tantos millones de familias y a uno de cada cuatro personas en edad de trabajar. España no está condenada por designio divino -o cosa que se le parezca- a sufrir lacras como ésta, y está en nuestra manos -vienen a decirnos- revertir la situación, siempre y cuando se toquen las teclas adecuadas.

El modelo no hay que buscarlo al otro lado del Atlántico, sino en el norte de Europa, donde el sistema hace compatibles la eficiencia económica y una política de igualdad y redistribución aceptada por todos. Como ya adelantaba Luis Garicano en El dilema de España, mucho mejor Dinamarca que Venezuela, e incluso que los países anglosajones, donde un discurso a favor del estado del bienestar pagado con fondos públicos tiene un recorrido limitado y suele ser boicoteado por políticos de derechas. 

¿Cómo alcanzar la meta? En la línea de Acemoglu y Robinson en el celebrado Por qué fracasan los países, los autores de Recuperar el futuro nos recuerdan que el desarrollo y el bienestar de una nación dependen sobre todo de contar con una población formada y con unas instituciones sanas, unas reglas del juego claras y una atribución correcta de los incentivos que se ofrecen a los agentes, para que florezcan las buenas prácticas y dejen de ser interesantes las malas e ineficientes. Así, por ejemplo, nos advierten Garicano y Roldán de que la corrupción política no será erradicada o llevada por lo menos a niveles tolerables con el simple reemplazo de los viejos dirigentes por unos nuevos cargados de buenas intenciones y despojados de deudas con el sistema.

A la corrupción institucionalizada hay que responder con una combinación de endurecimiento de las penas, rechazo social y moral para el corrupto y beneficios económicos para el que lo hace bien. En fin, que contra la corrupción funciona mejor un buen entramado institucional que el mero recambio generacional o castigos ejemplarizantes que son flor de un día.

Otro ejemplo de que en España lo que fallan son los incentivos lo encontramos en el mundo universitario, que para los teóricos de Ciudadanos bordea la ruina. Para subir el nivel docente e investigador y acercar la oferta de la universidad a la demanda de la sociedad y las empresas, Garicano y Roldán proponen vincular la financiación a los resultados académicos
y las investigaciones de sus miembros. También una mejor distribución de incentivos debería subsanar defectos en los niveles básicos de educación, lastrados por una inasumible tasa de abandono escolar. En este punto, los autores ponen el énfasis la mejora del profesorado a base de mejores retribuciones para los maestros más capaces y más autonomía en los centros también para, entre otras cosas, contratar a los docentes que más destacan.


En fin, Luis Garicano y Antonio Roldán han escrito un libro de fácil compresión y que va al grano, con la dosis de datos justa para ilustrar los problemas y no convertirlo en un trabajo sólo para eruditos o lectores avezados en materia económica. Es interesante el apartado de notas bibliográficas, donde uno puede encontrar bastante de la literatura que en los últimos 6 o 7 años se ha escrito en todo el mundo sobre meritocracia, cooperación, justicia, calidad institucional, corrupción, tributación, mercado de trabajo o innovación. Recuperar el futuro compendia bien estas aportaciones. Sólo por eso convendría echarle un vistazo.  



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