lunes, 17 de abril de 2017

Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?



A propósito de la lectura de
'Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?',
de Joaquín Estefanía

Título sugerente el del último libro del periodista Joaquín Estefanía sobre la crisis económica y las consecuencias que ha tenido y tendrá sobre la población, pero sobre todo sobre las (malogradas) expectativas vitales de los jóvenes. Como casi siempre hace en sus libros, Estefanía no desvela nada que no se sepa o de lo que en estos años no hayan informado los medios de comunicación y otros cronistas de la gran Recesión.

Estamos, pues, ante una crónica de lo ocurrido que a cualquiera que haya estado un poco al tanto le será familiar. Un ágil reportaje que no aporta nuevas luces sobre el origen, desarrollo y desenlace de la crisis económica. Sin embargo, el valor de ‘Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?’ está en la capacidad de Estefanía para sintetizar y escribir un relato comprensible, que se aleja en lo posible de la jerga de los expertos, dirigido a esos nietos de la agraciada generación de los baby boomers y que hoy llaman a las puertas del mercado de trabajo y nadie parece contestarles.  

Estefanía denuncia el silencio que se ha establecido alrededor de una de las heridas más sangrantes que ha dejado la crisis: que es, sin comerlo ni beberlo, la peor parte se la han llevado los jóvenes. Se han salvado las pensiones, hasta cierto punto se han salvado también los empleos de los trabajadores más veteranos, pero se han sacrificado millones de puestos de trabajo temporales mayoritariamente ocupados por jóvenes que han tenido que posponer sine die sus proyectos vitales y sus planes de emancipación.

Más allá de esa denuncia o de reivindicar el papel de los sindicatos, el keynesianismo y el efecto benéfico de la igualdad económica, el libro de Estefanía vuelve a los escenarios de la hecatombe financiera (el neoliberalismo del dúo Thatcher-Reagan, la globalización financiera, las subprimes, Madoff, la crisis griega…) y nos deja una interesante guía de lecturas: Keynes, Judt, Roubini, Missé, Rogoff, Rodrik, Akerlof, Shiller… También pasa por encima de algunos debates actuales, aunque sea de puntillas, como el efecto de la robotización en el mundo del trabajo.

Objetivamente, es difícil negar que vivimos en el mejor mundo posible. Los avances científicos y tecnológicos han multiplicado el confort y han disparado la esperanza de vida. Sin embargo, crece la sensación de que no es así, de que, por primera vez en mucho tiempo, hemos retrocedido y que no se percibe salida a este embrollo. De que a nuestros hijos no les quedará más remedio que tener una vida más precaria e incierta que la nuestra. Joaquín Estefanía ha escrito un libro que no va más allá de un repaso a lo que ha ocurrido con la economía en la última década, pero sus preocupaciones sobre lo que va a quedar para los que vengan serán compartidas por muchos padres y abuelos que también creen que otro mundo era posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario