A propósito de la lectura de
'El muro invisible', de Politikon
Durante los peores años de la crisis, las librerías
españolas se llenaron de libros de carácter regeneracionista en los que se
analizó hasta la saciedad las causas del marasmo económico y las posibles vías
para superarlo, pero también la ruptura social y política que vivía España como
consecuencia de la corrupción que se generalizó a cierto nivel de gestión en
los años en que nos creímos ricos. Los jóvenes académicos e investigadores del
grupo Politikon pusieron su granito de arena en aquellos debates con ‘La urna rota’, un libro de cierto éxito que luego se reeditaría varias veces y que, con
un lenguaje directo y recurriendo a datos y modelos de éxito en el extranjero,
proponía vías para mejorar la selección de líderes en España, el sistema
electoral o el funcionamiento de la administración pública.
Ahora que para algunos la crisis ya
ha pasado y la recuperación es evidente, el regeneracionismo (editorial) ha
mutado. Últimamente, la crisis política en Cataluña ha puesto en el punto de
mira de editoriales y analistas el modelo de estado y la cuestión territorial.
Sin embargo, Politikon ha vuelto a publicar un libro donde analiza uno de los
problemas que quedaron sin resolver desde la gran recesión de 2008 y 2009, el
hundimiento de las expectativas y las condiciones de vida de los jóvenes españoles. Un tema que, por otro
lado, no se ha tratado suficientemente en los medios de
comunicación.
En ‘El muro invisible’, los analistas
de Politikon derriban mitos y ponen en cuestión clichés, e ilustran con cifras
y hechos cómo los grandes perjudicados por la crisis española han sido los
niños y los jóvenes, en beneficio de los jubilados y los trabajadores más
veteranos. Tanto el sistema político como el estado del bienestar en España se
ha escorado y han dejado a la intemperie de la crisis y la precariedad a una
parte de la sociedad. Los autores recuerdan que en el último
discurso de investidura de Rajoy, el presidente mencionó hasta 9 veces a los
pensionistas, pero ni una sola vez habló de la pobreza infantil. Este
desajuste, además, no se ha llegado a corregir en los años siguientes con la
aparición de movimientos sociales y nuevos partidos. Y es que aunque el 15-M o
partidos como Podemos han representado las aspiraciones de los jóvenes con
estudios, no han sido una referencia para millones de ni-nis o estudiantes
frustrados por el fracaso escolar. Pero, incluso así, ni Podemos ha hecho una
apuesta clara para romper el statu quo en favor de las nuevas generaciones y en
detrimento de sus padres y abuelos.
‘El muro invisible’ aborda los
problemas del sistema educativo español que condena a millones de jóvenes a la
baja cualificación y al desempleo permanente o al trabajo basura. Refuta con
datos a aquellos que dicen que la educación hoy no es lo que era o que apunta a
los chicos calificándolos de perezosos e impacientes, e identifica los
problemas estructurales de un sistema educativo dual y descompensado que, por
un lado, no logra rebajar los altos índices de fracaso escolar y que, por otro,
sigue produciendo un alto número de universitarios que luego no tienen fácil
acomodo en una economía incapaz de producir suficientes puestos de trabajo de
calidad. Denuncian, además, los autores que el debate educativo se haya venido centrado en
cuestiones accesorias y haya evitado los temas claves de más difícil solución,
como la falta de alumnos en la secundaria no obligatoria y el desprestigio de
la Formación Profesional.
También recuerdan los analistas de
Politikon que la excesiva dualidad temporal-fijo del mercado de trabajo en
España ha eternizado la precariedad entre los jóvenes, y para resolverlo abogan
por el contrato único con coste de despido creciente. Asimismo, demuestran con
datos que en España el fomento de la natalidad en las jóvenes familias es un
cuento, y que incluso la derecha, teóricamente más proclive a estas políticas
de fomento de la familia, ha mostrado muy poca sensibilidad con el tema. Por la
desmovilización y volatilidad del electorado joven, siempre ha salido más a
cuenta a los políticos de este país invertir el presupuesto público en
pensiones y sanidad que en políticas juveniles o para revertir el fracaso
escolar.
El estado de bienestar español
redistribuye poco hacia los jóvenes y los niños, de ahí que estadísticas como
la de la pobreza infantil no se haya reducido en los últimos años. Sin embargo,
los autores mantienen que el gasto en la primera infancia es muy rentable tanto
a nivel social como en términos de igualdad, y que la inversión en los jóvenes
tiene un retorno económico claro para el país. En este sentido, ven con interés
los intentos de renta mínima que se han dado en el País Vasco.
En fin, ‘El muro invisible’ aborda un
debate importante que, en todo caso, se está hurtando a la opinión pública. Los
jóvenes fueron los grandes pagadores de la crisis, y siguen siéndolo. Las
nuevas generaciones siguen teniendo muy complicado la estabilidad laboral, el
acceso a unos salarios dignos, la formación de una familia o la conciliación
para cuidar a los hijos. Y esto hipoteca el futuro del país. Politikon analiza
con abundancia de datos esta disfunción, que no es exclusiva de España y que
también amenaza el crecimiento presente y futuro de toda la Unión Europea. El
panorama, pues, no es alentador. O mucho cambian las cosas o el muro invisible
que limita las expectativas vitales de las nuevas generaciones va a seguir en
pie.
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